Como representantes de los trabajadores del puerto de Tenerife, no podemos permanecer en silencio ante la nueva maniobra de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, que una vez más amenaza la competitividad del puerto y el sustento de cientos de familias.

En Tenerife Shipyards se han invertido años de esfuerzo, capital y confianza en nuestra tierra para que Tenerife tenga un astillero competitivo y capaz de generar empleo de calidad. Esa apuesta la hemos defendido hombro a hombro los trabajadores, conscientes de que detrás de cada grúa, de cada dique y de cada maniobra, hay nóminas que alimentan hogares y sostienen barrios enteros.

El problema

La concesión actual ya incluye la lámina de agua donde se instalará el dique flotante. Por ella se pagan más de 250.000 € en tasas anuales.

Ahora, la Autoridad Portuaria pretende reinterpretar la Ley de Puertos para imponer una nueva “tasa de atraque” cercana al millón de euros al año.

Esto es un doble cobro injustificado, sin base legal, que compromete no solo la viabilidad de la inversión, sino también la seguridad jurídica de todo el sector.

Lo que significa para los trabajadores

  • Cada euro que se carga de manera arbitraria al astillero es un euro menos para salarios, formación y estabilidad laboral.
  • La inseguridad jurídica expulsa a los inversores y con ellos, las oportunidades de empleo que tanto necesitamos en Canarias.
  • Mientras en puertos como Las Palmas, Vigo o Algeciras estas tasas no se aplican, en Tenerife se nos castiga, favoreciendo al de siempre: un monopolista emérito que vive de limitar la competencia.

No hablamos de tecnicismos. Hablamos de puestos de trabajo, familias y futuro.

Nuestra postura

Nos dicen que “molesta” que levantemos la voz. Pero nuestra obligación como sindicato es defender a los trabajadores y denunciar las injusticias, aunque incomoden a quienes prefieren la opacidad.

El silencio solo beneficia a quienes quieren mantener sus privilegios. A nosotros nos toca luchar porque Tenerife tenga un puerto abierto, competitivo y con reglas claras, donde cada empleo cuente y cada esfuerzo sea respetado.

Un llamamiento

Exigimos que se consulte a Puertos del Estado, como se hace en otros puertos españoles. No pedimos trato de favor, pedimos igualdad de condiciones.

Si permitimos que se cambien las reglas a mitad de partido, el mensaje es claro: ningún inversor serio apostará por Tenerife. Y los que lo pagaremos seremos siempre los mismos: los trabajadores y nuestras familias.

Canarias no puede seguir secuestrada por decisiones arbitrarias que hipotecan su futuro.